sábado, 15 de noviembre de 2008

Los Tipos


Me molesta como se presentan esos tipos.
Con un vestuario de ocasión y un aire de tener la solución que estas buscando, un discurso acartonado y eficaz, palabras aprendidas de un libro sacro y una leve postura moderna sin abandonar lo clásico que enseñan los viejos manuales.
El tipo se sienta, demuestra modales y actúa rápido, sin pausa, para que el pobre infeliz que creyó el él, cierre los ojos y no tenga otra opción que quedar maravillado.
Agregar el resto de la historia es redundar: el tipo explica cómo debe hacerse, el infeliz ejecuta un plan que nunca es barato y la cosa sigue caminando como hasta entonces, con algunos chiches que le dan brillo y color. Vestir a la mona.
Para esto pasan un par de meses, el tipo exhibe números progresistas, hace caja y hasta la vista, siempre dejando una impronta cordial, con una mezcla de pseudo confianza que te deja pensando que es casi un amigo.
La palabra negocios la aprendí acá adentro junto a los tipos. Negocios esto, negocios aquello, es un tema de negocios, negociemos negrito…
Una vez enredado en una explicación majestuosa frente a un cliente comprendí que yo también me había inconscientemente capacitado.

-Esto es un negocio, Julieta.

Nunca fui un Quijote anticapitalista a niveles escandalosos pero en ese instante me bastó escucharme para entender que ya estaba adentro.

-Esto es un negocio, Julieta- dije y no me contenté, sino que seguí afirmando con feroz saña que, como era un negocio, yo lo haría bien fructífero pues tenía la fórmula, importada de los más altos estratos de la sabiduría empresarial, hacha para vos, ya, ahora, comprala nena.
Ella me miró a los ojos y dijo tenès razón hagamos todo este plan empresarial y de paso, ya que estamos, cenamos esta noche y dormís conmigo, que te parece, la casa invita.
Al día siguiente la misma mujer que se cambió a mi lado en las primeras horas de la mañana se sentó en la silla del escritorio y me dijo cordial bueno si, implementemos lo que tenías en mente.
Ahí entendí tristemente que había perdido. Podía exponer el plan empresario mas locuaz, perfecto y aplaudido del mundo pero las riendas de la situación estaban del otro lado del escritorio, con un escote bien cuidado, la marca de mi boca en su cuello y la mirada perdida en mis ojos, fingiendo escuchar.

Por eso me molestan estos tipos.
Creen que ganan cuando pierden.
Tiene un ego a prueba de balas, una mentalidad infranqueable y por ello se consideran exitosos, imbatibles.
Hoy sigo trabajando con los tipos pero soy un hombre que sabe perder.
Aún no me descubren. Creen que voy camino s ser uno de ellos.
Si algún día llegan a adivinar quien soy, seguramente me quedaré sin trabajo.
Y así seguirán ellos con su doctrina.
Impecables, aplicados, ridículamente eficientes.

5 comentarios:

Tefilina dijo...

fa...
no te conviertas en uno de esos tipos...
mirá que de eso no se vuelve...

Carolina Caprichosa dijo...

Muy lindo blog nene...

voy a seguir leyendo

yo deberia actualizar el mio je.

Besitos Capitan Frio..



Agusteenn*

Pd: todavia tenes el cuello mojado??? jajjaja Beso Fresco

Carolina Caprichosa dijo...

si, seguramente algo engordare...

pero hay todavia UNA COSA que implica movimiento, y enyesada y todo la puedo seguir haciendo.

Y haciendo eso, una vez al dia, o `por lo menos tres veces a la smeana, se bajan muchas calorioas


Igual, a dieta urgente.,


besos Frescolandia

Carolina Caprichosa dijo...

te quie-ro


feliz navidad!!!!!!!!!!!!!
pasala hermosooo

Agusteenn*

Carolina Caprichosa dijo...

Actualizaaaaaaaaaaaaaaa
me aburro si no escrbis nada...

si qeres te doy motivos para escribir eh (me sono re mama "si qeres te doy motivos para llorar" je)

BEEEESO


Agusteenn*