lunes, 4 de febrero de 2008

Que te reciba Montevideo




Recién cuando el barco se llevó las primeras olas del río me di cuenta que no era para tanto. Que todo lo que pensé que el puerto me sacaría y la negrura se tragaría no me iba a afectar demasiado.
Quizás la noche me haya endurecido un poco y tantas cuadras caminadas por la ciudad me cerraron el sentir que tenía por tu futura ausencia.
Las luces, tal vez, me contagiaron la fuerza que necesitaba para olvidar un poco lo enmarañado que fue vivir todo éste tiempo al lado tuyo.
Buenos Aires se queda – pensé – mientras vos te alejas rauda a un exilio que ninguno de los dos quería pero que hacía falta.
A lo mejor nos encontramos en otra oportunidad, con otra madurez, y podamos decidir mejor que es lo que nos conviene para vivir en paz.
Mientras tanto elijo darte la espalda cuando te estas yendo.
No me interesa que pienses en una falta de respeto de mi parte. Hoy necesito ver el futuro, eclipsando el pasado.

1 comentario:

Mara dijo...

"...Hoy necesito ver el futuro, eclipsando el pasado"
Me gusta mucho como escribis.
Saludos